José María Sánchez Carrión

Dr. Ingeniero Naval

Socio de Honor de la Asociación de Ingenieros Navales

Académico de número de la Real Academia de la Mar

Presidente de la Fundación ingeniero Jorge Juan

 

3 Diciembre 2018 - Post nº 15

1. Generalidades

Uno de los problemas que hubo que resolver entre los académicos y nuestros ilustrados tenientes de navío fue la adopción de la unidad de medida en la que se entregarían los resultados. Los franceses preferían la toesa de París, constante en toda Francia y los españoles, por el contrario, preferían la vara. La dificultad de la elección de la vara[1]  presentaba tres problemas adicionales: a) que su longitud no era constante, b) que dependía del valor del codo[2] y c) que este tenía una longitud diferente, por ejemplo.  La longitud de la vara castellana era de tres codos de Burgos.

Patrón de una toesa de París equivalente a 1,949 m.

Para La Condamine esa amalgama de unidades era un síntoma del retraso científico y académico en que se encontraba España y de su incipiente y tímida ilustración. Se acordó por tanto, que se realizarían en dos grupos y que los resultados se darían en toesas de Perú[3], previa construcción de dos nuevas toesas porque entendía que las grandes variaciones de temperaturas extremas, humedad y fuertes vientos desaconsejaban el empleo de la toesa de Chatelet que sirvió para construir los patrones, ya que podrían afectar a su exactitud y por eso la llamaron la toesa del Perú, para justificar posibles desviaciones en sus resultados.

Para que la operación fuera ejecutada con esmero, emplearon (..) con escrupulosidad científica, cuantas precauciones les parecieron necesarias a fin de evitar error: la toesa de hierro, traída de París (que) era conservada a la sombra bajo una tolda de campaña, para que la acción del calor no pudiera influir sobre ella; para emparejar las perchas, no dejaban de la mano el nivel y la plomada, ajustándolas de modo que no hubiera lugar ni a fracciones mínimas en la medida total de la base[4].

 

Sobre esas condiciones extremas, Larrie D. Ferreiro, dice refiriéndose a Bouguer que “en las montañas más altas del mundo”[5] trabajar y escribir su Traité du Navire, que se publicaría 1746[6], el “dentro de su tienda de campaña, encaramado en un estrecho pico peruano, con el viento huracanado por fuera y cortinas de lluvia helada …. calentado por pequeño fuego de carbón, escribiendo a la luz de una vela parpadeante[7]

 

Cuando se acabaron las observaciones en Cuenca, por decirlo de alguna manera y porque desde allí se inició la diáspora, se dieron como resultados los siguientes: Bouguer 56.747 toesas, La Condamine 56.749, Godín 56.770 y Juan había calculado como la amplitud del arco igual a 3º26´52“, y que la longitud del grado en 56.767 788 toesas o 132.203 varas de Burgos[8]. Es decir, el resultado de Jorge Juan era superior a los resultados de La Condamine y Bouguer e inferior a Godín.

 

A pesar de los desprecios y desplantes que Juan y Ulloa tuvieron que soportar por la prepotencia de La Condamine y de Bouguer, el primero, aunque reconocía la exactitud con que Juan se acercó a sus resultados definitivos (menos de 18 toesas[9] (0,3172 %), no aceptó su consistencia porque se basaban en principios distintos empleando patrones diferentes. El segundo fue mucho más duro en sus críticas, al que catalogó como un “joven, pero muy inteligente oficial” que carecía de rigurosidad precisión en sus mediciones y cálculos posteriores ya que solamente empleaba seis cifras decimales de logaritmos.

 

 

El conocimiento sobre la forma de la Tierra era una constante inquietud de los pueblos civilizados ya desde los babilonios y los egipcios[10].

 

En la Academia de Platón era esencial el conocimiento de las matemáticas para comprender las Formas (y por tanto la realidad). Se exigían diez años de estudio de matemáticas para entrar en la Academia[11], advertencia que se indicaba en el ditel de la puerta “que no entre nadie que no conozca la geometria[12] y la obligación de hablar solo de  “matemáticas, astronomía, el Uno y el Límite” [13].

 
 
Ocho siglos después, Eratóstenes de Cirene, director de la Biblioteca de Alejandría y que al parecer escribió un Tratado sobre la medida de la tierra, observó que en Asuán (32º 53´59” N) el sol llegaba al fondo de un pozo, mientras que, en Alejandría (29º 55´0” N) un obelisco arrojaba sombra. Con esta observación y con solo palos, pies, ojos y cerebro[14] calculó que el ángulo de incidencia de los rayos era de 7º 12m (0,1256 rad). A pesar de sus hipótesis estaban equivocadas cuando afirmaba que Asuán y Alejandría estaban en el mismo meridiano distantes 5.000 estadios de Olimpia y que los rayos serían como radios de una esfera (tierra) calculó que el radio de la tierra era de 29.809 estadios, es decir 6.290 Km[15], lo que supone su error del 1,8 % con respecto a la dimensión que ahora damos por válida.

 

 

2. Inicio de los trabajos

Para centrarnos en nuestra historia o avanzamos 1986 años o retrocedemos 282 años para situarnos en aquel 26 de mayo de 1736 en el que Asaldo, el presidente de la Audiencia[16], y los notables de la población recibieron en Quito con todos los honores a Godín, Juan y Ulloa[17]. Con posterioridad lo hizo La Condamine el 4 de junio y Bouguer lo haría seis días después, La Condamine en tan lamentable aspecto que se encerró en el colegio de los jesuitas hasta no disponer de ropa adecuada. La Condamine establece que Bouguer vivía con un famoso abogado comisionado por la Inquisición llamado José Sánchez de Orellana, emparentado con el Marquesado de Solanda.

 

Reencontrados los expedicionarios siguen con sus controversias y aumentan sus reproches, principalmente por la denuncia a Godin de haber despilfarrado gran parte de los caudales asignados, lo que provoca una demora en los inicios de los trabajos. Para resolver el problema de liquidez, una vez que los franceses habían vendido sus pertenencias personales y que Araujo no iba a proporcionar más fondos, La Condamine decidió que había que ir a Lima a negociar las cartas de crédito.

 

Entre los académicos La Condamine era el más adinerado, ya que de forma inexplicable pero fortuita, traía consigo muchos artículos caros y superfluos, como botones, sedas y joyas[18] y que a través de un intermediario y en una tienda dentro del propio seminario de jesuitas pudo vender estos artículos a la élite de Quito para sentirse un poco limeños, Alsado compró sábanas finas, Ramón Maldonado compró diamantes y esmeraldas para su esposa, su hermano Pedro Vicente Maldonado compró un juego de cucharas de plata y oro entre otras cosas y compradores. Para el 18 de enero, La Condamine había logrado reunir fondos suficientes para su viaje, por lo que partió para el viaje por tierra de dos meses a Lima, presumiblemente con su sirviente y esclavo que había comprado en la Martinica.

 

La Condamine ya había decidido que dos vértices del último triángulo estarían en Cuenca, por lo que creyó conveniente analizar el terreno y viajar por tierra en lugar de hacerlo por la ruta más rápida de un barco desde Guayaquil. Estaba decidido a explorar el extremo sur de la cadena de triángulos prevista, que la expedición planeaba terminar en Cuenca. En su caminar investigó algunas ruinas incas y, lo más importante que encontró por la región de Loja fue el árbol de chinchona, cuya corteza era la fuente de la quinina. Con Jussieu pasó tres días a principios de febrero recorriendo con dificultad la campiña montañosa de Loja y reuniendo información de los coleccionistas locales sobre el llamado árbol de la fiebre, antes de continuar hacia el sur.

 

Al llegar a Lima el 28 de febrero la encontró bajo una espesa neblina costera, garúa le llaman los lugareños, que la cubría durante meses. La ciudad es seca y polvorienta, apenas llovida y hacía honor a su nombre Lima siempre verde y muy accidentada. Tenía, La Condamine, grandes esperanzas en negociar rápidamente sus cartas de crédito y convertirla en moneda fuerte, que parecía ser abundante en Lima, pero pronto se desengañó porque no había un peso en la ciudad. Todo el dinero acuñado con la extracción de aquel año se había enviado Panamá a través de Callao.

 

La Condamine habló con Thomas Blenchynden, el principal agente en Panamá de la Compañía del Mar del Sur, que tenía el monopolio británico del comercio que era la América española y en aquel momento disponía de efectivo. En una rápida operación alcanzaron un acuerdo por el cual, contra la carta de crédito que poseía La Condamine de 100.000 libras, le entregó otra por 60.000 que se convirtieron en 12.000 pesos.

 

Con las cartas de Marguerite-Thérèse Colbert de Croissy, duquesa de Saint-Pierre y hermana del ministro de Asuntos Exteriores francés, que conocía personalmente a Villagarcía, La Condamine se presentó en el palacio del Virrey que le alojó en su palacio. La estancia no fue todo lo feliz que hubiese querido, toda vez que le remite al Consejo de Finanzas su petición de extensión de su crédito del gobierno español. Después de varias semanas, en las que se ocupó de realizar experimentos astronómicos y de péndulo, La Condamine finalmente recibió la noticia de que el Consejo había denegado su solicitud de fondos ilimitados, pero sí un crédito de 4.000 pesos en créditos. Tenía 16.000 pesos que le permitirían subsistir hasta la llegada de nuevas remesas desde Francia.

 

Ya todos juntos otra vez en Quito y decididos los objetivos topográficos (medir distancias sobre la superficie), astronómicos (medir ángulos cuyo vértice era el centro de la tierra)[19] y realizar los trabajos de medición por el método de triangulación, utilizado por los agrimensores, basado en la unívoca definición de un triángulo si conoces tres valores cualesquiera elegidos entre la longitud de los lados y el ángulo de sus vértices, podría haber bastado con medir dos ángulos; pero decidieron hacer tres mediciones astronómicas. Había por tanto que para calcular la longitud del arco de meridiano terrestre había que calcular las longitudes de los lados más occidentales de la red de triángulos y su proyección sobre la meridiana y la astronómica. El método de triangulación ya fue implantado en 1533 por el holandés Regneir Gemma Frisius[20], pero en esta expedición sacaron por el empleo de instrumentos pertenecientes a la familia de los cuartos de circulo. Capaces de tener una precisión de un centenar de metros en una distancia de alrededor de 110 km para obtener un resultado indiscutible[21].

Los trabajos se dividieron en tres fases: topográfica, astronómica y divulgación, y no lo hicieron de forma conjunta sino individual. Las dos primeras tuvieron las siguientes caráterísticas:

 

Primera etapa la topografía.

La secuencia de esta etapa era, primero definir y ubicar las bases inicial y final separadas unos 3º desde el centro de la tierra iniciar la triangulación, definir el tercer vértice del triángulo, repetir la cadena, al menos 32 triangulaciones y medir con precisión la línea de fondo en el lugar previamente elegido.

 

Visitaron las llanuras de Cayambe y Yaruquí en las cercanías de Quito a 4 leguas y 249 toesas de desnivel y la de Tarqui a unas 5 leguas desde Cuenca[22] distantes unos 350 Km. Hoy Google te señala que la distancia entre Quito y Cuenca, siguiendo la carretera Panamericana, es 487,70 Km. que se recorre en coche en un tiempo entre 8 horas 17 min y 10 horas 50 minutos, en función de las trocales elegidas.

 

Para la ubicación del primer triángulo se eligió la llanura de Yaruquí porque, entre otras cosas, no corría ningún río que dificultara los trabajos y se fijaron los dos puntos extremos para la línea de la base: uno al norte en Caraburo y el otro al sur en Oyambaru.

 

Este trabajo requirió primeramente la preparación de mapas donde se marcará una línea recta y que reproducirá sobre el terreno perfectamente recta después de cavar zanjas y limpiarlas de un ancho de medio metro 13 km de longitud.

 

Era el 3 de octubre cuando empezaron a colocar los postes que determinarían la línea de la base y una cuerda, templada sobre el suelo, les permitía seguir avanzando. Los expedicionarios se dividieron en dos grupos: La Condamine y Ulloa, y Bouguer, Godín y Juan, que lo hacían en sentido opuesto siguiendo el valle de Yuraquí. Cada día (si no había niebla o nevaba) intercambiaban las mediciones. El grupo de La Condamine empezó por Oyamburu (medían de norte a sur) y el de Godín por Caraburo (de sur a norte). Al final las mediciones de ambas expediciones tuvieron una diferencia de 2 pulgadas y 10 líneas.

 

En 1740, aprovechando la estación de las lluvias, Bouguer se desplaza a la provincia del Carchi, inspeccionando el terreno para determinar hasta dónde podrían prolongar la medida del meridiano al otro lado del círculo del Ecuador y calculó que, por el lado del Norte, no era posible prolongar la medida sino medio grado más allá de la línea equinoccial y Mira fue el último punto de las operaciones en el hemisferio boreal.

 

Lo segundo era elegir el tercer vértice para construir un triángulo con los extremos de la base y medir sus ángulos y con ellos calcular la longitud de los otros lados del triángulo.

 

Lo tercero fue repetir la cadena de 32 triangulaciones hasta llegar a la meseta de Tarqui a cinco leguas al sur de Cuenca y cubrir los 350 Km de separación que correspondían a unos 3º desde el centro de la tierra.

 

Lo cuarto fue medir con precisión la línea de fondo final para garantizar la exactitud contrastando con los cálculos previos. Para ello en Tarqui montaron otra base, llamada de verificación, según la misma técnica que en Yaruquí. Si el ensamblaje de los triángulos es correcto, el largo de esta base obtenida mediante el cálculo debería ser el mismo que el que se mide directamente en el terreno. Estuvieron satisfechos de encontrar una diferencia de menos de una toesa.

 

Los equipos se situaron en un valle amplio con doble fila de picos, así que podían ver sin grandes esfuerzos los vértices de los triángulos colocados en las cumbres. El equipo de La Condomine en la parte occidental de la cordillera, para establecer su tienda en la cumbre nevada del Pichincha y la otra en la oriental con base en Pambamarca. Había que ser muy precisos, ya que todo lo demás dependía de eso y para ello durante veintiséis largas jornadas comprobaron resultados.

 

A partir de 1737, comienzan a construir sus triángulos, en los lugares más altos para poder medir lejos. La configuración del terreno lo permite, pero el trabajo es duro de hecho catorce estaciones se ubican por encima de 3 880 m y cuatro más allá de los 4.000. En el Pichincha, a 4.700 metros de altura, tardan tres semanas para posicionarse con el cuarto de círculo con el que se miden los ángulos. El viento, la nieve y la neblina fueron sus compañeros a lo largo del trayecto, donde además ocupaban noche tras noche escudriñando un cielo que se obstinaba permanecer encapotado o esperar semanas el momento adecuado para realizar las observaciones. Solo el mascar coca les ayudó a soportar esas temperaturas muy bajas y vientos huracanados[23]. Además, no tuvieron duda de escalar el Corazón (4.816 m, altura medida por ellos) y en su cumbre realizaron el experimento del barómetro, cuya cumbre dice La Condamine está siempre cubierta de nieve y sobrepasa las 40 toesas, el límite por encima del cual la nieve nunca se derrite (.. y) nadie ha visto el barómetro tan abajo al aire libre y aparentemente nadie ha subido más alto.

 

Esa nubosidad y los cambios de temperatura dificultaban las mediciones. Los cambios de temperatura dilatan los instrumentos, lo que dificulta la visión de la señal de enfrente, que era una pirámide de madera revestida de una tela blanca (para que sea visible) y amarrada con cuerdas.

 

Era común que los habitantes del lugar, atraídos por los materiales de estas señales, los desmonten bajo la mirada desconcertada de los topógrafos, así como que robasen las cuerdas, picos o palos utilizados. A veces tardaban hasta quince jornadas en reparar el daño sufrido. La Condomine, en su diario, se despacha de los naturales diciendo: estos pastores indios, cuya figura apenas se distinguen de los animales, mestizos, especie de hombres que tienen únicamente los vicios de las naciones de las cuales es mezcla[24]

 

Después de tres años, de 1737 a 1739, midiendo palmo a palmo una línea recta en el valle interandino, terminó la operación trigonométrica, llegando a la meseta de Tarqui, cinco leguas al sur de la ciudad de Cuenca. Allí, en la extensa planicie de Tarqui, verificaron la medición de otra base, de la base meridional, correspondiente a la que habían medido en Yaruquí[25].

 

Vueltos a sus ocupaciones de triangulación, el 13 de agosto de 1738 Juan cae de su cabalgadura por un precipicio, pero salva la vida de milagro. Una vez que las lesiones se lo permitieron continuó con las triangulaciones, hasta que el 24 de septiembre de 1740 Juan y Ulloa son llamados por el Virrey para luchar contra la flota de Vernon, que había tomado Portobello en diciembre. Al amparo de esta orden dejan solos a los franceses y se desplazan a Lima, donde llegaron el 18 de diciembre y al hacerlo se encontraron con que la escuadra había partido y ellos deciden volver a Quito. Una vez allí el virrey requiere la presencia de Juan, que llega a Lima del 12 de febrero, y se le encarga la construcción o la carena de dos fragatas mercantes en Guayaquil[26] y acabado el trabajo retorna a Quito donde llega el 5 de septiembre.

 

Nuevamente en los años 1740 y 41 Juan y Ulloa volvieron a ausentarse, porque fueron reclamados por el Virrey para reparar las fortificaciones ante el peligro de un desembarco de la flota inglesa y después mandando sendos barcos o construyéndolos como se explica en el post 14.

 

En 1740 La Condamine decide, sin contar con Bouguer y por supuesto con Godín, instalar unas pirámides conmemorativas en Yaruquí, decisión que dio origen a determinados conflictos sobre la autoría y responsabilidad de los cálculos.  En los inicios de estos trabajos nuestros jóvenes alférez aún no habían vuelto de Guayaquil. Bouguer deja escrito en una certificado de fecha 17 de febrero de 1737 que Juan y Ulloa no sólo  habían ayudado en todo lo que hicimos desde que entramos en el territorio de su Majestad Católica, sino que de buen grado compartieron con nosotros todas las privaciones y labores que acompañan este tipo de actividades[27]; es verdad que también critica al joven, pero muy inteligente oficial[28] porque tomó las diferencias en las declinaciones como proporcionales al cuadrado del tiempo que había pasado desde el momento del solsticio sin tener en cuenta la diferencia proporcional de la potencia cuarta[29].

 

Segunda fase las Observaciones astronómicas

Con las operaciones trigonométricas concluidas, y medidos casi tres grados y medio de meridiano al Sur de la línea equinoccial, faltaba calcular la amplitud del arco celeste correspondiente a dichos grados. Escogieron, pues, los académicos dos puntos extremos, uno al Norte y otro al Sur, para establecer en ellos dos observatorios astronómicos; el del Norte se fijó en Cochasquí, para el del Sur se eligió una hacienda en el sitio en que comienza la llanura mayor de Tarqui. Cada compañía se instaló en su observatorio para observar las estrellas de forma simultánea.

 

Los astrónomos decidieron medir los tres ángulos de un triángulo, Bouguer cuenta en sus memorias de 1748 que nunca creímos concluir el tercer ángulo de un triángulo observando los dos primeros; siempre observamos los tres ángulos; dos ángulos al menos fueron medidos por medio de dos diferentes cuartos de círculo, & hubo siempre una medida por tres cuartos de círculo[30] . Y por ello eligieron tres estrellas para medir la distancia cenital entre ellas. Desde Yaruquí y Tarqui fijan una estrella de la constelación de Orión (ε, visible entre 67ºS y 79ºN) donde midieron el ángulo. Después decidieron medir tres grados a partir del ecuador y otras dos estrellas de las constelaciones de Acuario (α, visible entre 86ºS y 65ºN) y Antínoo (θ9[31] conocida como la constelación perdida)[32]. Tenían, por tanto, que apuntar simultáneamente a dos estrellas, uno lo hacía desde Yaruquí y otro desde Tarqui para evitar los errores ocasionados por la diferencia en el tiempo.

 

A partir de este momento empiezan a realizar las observaciones astronómicas. Determinar el ángulo que forman los extremos del arco del meridiano con las estrellas se demoró más que lo esperado (1741 a 1743) porque llegar de Quito a Cuenca y de Cochasquí a Tarqui y Mira no fueron travesías nada fáciles.

 

Los expedicionarios sabían que los triángulos no tendrían sus vértices en el mismo plano, por lo que su enlace con el siguiente tampoco lo sería, lo que obligaría a situarlos mediante cálculo en un plano y su proyección sobre el meridiano daría la longitud del arco de cada triángulo que, después, una vez debería ser corregida la longitud hay que reducirlas al nivel del mar porque la longitud de un arco a 3.600 metros y al nivel del mar no son iguales. Bouguer decidió observar desde el nivel del mar los picos de la Cordillera y dejó Quito, atravesó los bosques de la pendiente occidental de la cordillera para encerrarse en la pequeña isla del Inca formaba en su desemboca en el Esmeraldas. Allí, defendiéndose de los millones de mosquitos que le atacaban y de las fieras que le rondaban durante la noche, pasó cuarenta días hasta encontrar un día claro para observar la cumbre de la Cordillera y calcular su altura absoluta sobre el nivel del mar. Cuando logró llenar su intento volvió a Quito donde el resto del equipo esperaba la llegada del buen tiempo.

 

A pesar de que ya habían llegado noticias de observaciones desde París que con la comparación de las mediciones de Maupertius en Laponia con las realizadas en Francia se podía comprobar que la hipótesis de Newton sobre la forma de la tierra era correcta[33]. Esta testarudez de La Condamine de ampliar los objetivos del plan dio como consecuencia una duración mucho más larga y unos costes francamente altos para, al fin y al cabo, confirmar unas conclusiones ya tomadas por Maupertius y aceptadas por la Academia de Ciencias de París.

 

Juan ultima en solitario las mediciones de doce leguas de triángulos y el 21 de mayo regresa a Guayaquil, donde el virrey le encarga varias comisiones que le retienen en el 6 de julio a diciembre de 1744.

Se incluye el esquema de triangulación del arco en tierras ecuatorianas del proyecto Godin y también el publicado por La Condamine en 1751.

 

Estos triángulos estaban muy bien conformados y enlazaban treinta vértices con unos lados de unos veinticinco km. de longitud. Estos vértices enlazaban con las bases de partida, llegada y comprobación en Yaruqui, Cuenca y Tarqui que tenía una base de algo más de diez kilómetros.

 

Era el momento de resolución, con la precaución de aplicar el Teorema de Legendre[35] que dice: puede reemplazarse el cálculo de un triángulo geodésico situado sobre la esfera de curvatura media de radio por el cálculo de un triángulo plano cuyos lados sean los del esférico, y cuyos ángulos sean los de aquel disminuidos en la tercera parte del exceso esférico”[36].

 

Los datos que se exponen corresponden a los señalados por Francisco Gonzalez Posada en su Expedición geodésica, aunque señala que Lafuente y Delgado en la Geometrización de la tierra y Lafuente y Mazuecos consignan para el valor medio, señalan los primeros, la media aritmética, y los segundos directamente el obtenido por Jorge Juan.

 

 

Longitud del arco

Valor del arco

Valor del grado

Valor adoptado

Godin

195,776.5

3º26´464

56.809,1

56.810

Juan

195,725.4

3º26´53

56.764

56.767,8

Ulloa

185,743.7

3º26´525

56.771,6

56.767,8

Bouguer

176,873.3

3º7´1

656.745,5

56,753

La Condamine

176,887.0

3º7´1

56.750

56.750

 

Lo que supone que con valor medio 56.767,8, la desviación media sería de 22,63 y el error medio de 0,04% lo que supone una longitud promedio del arco de 3º como 186.201,00 toesas o 363.092,0 metros y la del de 1º 56.769,70 toesas 110.701,0 metros y la desviación 22,63 toesas o 44,1 metros lo que supone un error del 0.04%

Y a pesar de que existen toda clase de indicios que inducen a considerar que estamos frente a un trabajo de excepción, podría ser que los estimadores calculados, considerados desde nuestra perspectiva actual, dieran en sesgados y/o poco consistentes y la muestra de cinco valores descentrada y menos viable, por las toscas condiciones de instrumentación y carencias teóricas que hemos señalado anteriormente. No disponemos aún además de información de probabilidad y recintos de error, y por todo ello dejamos aparcado aquí el desarrollo, que reemprenderemos más adelante, hasta su conclusión final[37].

 

La confirmación de la forma de la tierra adelantada por Newton le hizo decir a Voltaire que “Han confirmado en lugares lejanos y aburridos, lo que Newton descubrió sin salir de su casa”.

 

A la hora de la verdad la expedición para Francia resultó un dislate de concepción (cordillera elevada), una inutilidad (fracaso científico puesto que la de Laponia hubiera sido suficiente), fracaso económico (costes elevados inimaginables) y de desarrollo (fracaso humano y social).

 

Tomando en cuenta las dificultades de todo tipo y las exigencias que se impusieron, comprendemos por qué invirtiesen más de seis años en medir el Meridiano de Quito, es decir de septiembre de 1736 a marzo de 1743. Tuvieron que afrontar un terreno hostil, el rigor que se impusieron en los cálculos y los malentendidos. Godin trabajó solo luego de un tiempo, muchas veces cerca de los españoles, y al final hasta La Condamine y Bouguer dejaron de intercambiar información[38]. Este desencuentro se convirtió en odio visceral cuando llegaron a Francia y cada uno publicó sus memorias, experiencias y resultados.

 

Hay que señalar, en honor a los franceses que, a pesar de sus diferencias, al final acabaron aceptando como definitivas las calculadas por Juan y Ulloa[39]. El éxito de la expedición debería medirse en la transformación de dos jóvenes marinos, con poca experiencia, en dos consagrados científicos, reconocidos internacionalmente por las academias de Londres, Paris, Berlín o Estocolmo y que, sin embargo, no fueron correspondidos por sus coetáneos españoles, ya sus teorías sobre el universo galileano fueron casi anatemizadas, pero sus obras Observaciones y Relación histórica fueron traducidas a los principales idiomas de Europa.

 

Con relación al libro de “Observaciones físicas y astronómicas hechas por orden de su Majestad en los reinos del Perú. De los cuales se deduce la figura y magnitud de la tierra y se aplica en la navegación” fue realizado exclusivamente por Juan y es de enorme interés y riqueza científica. Es una obra organizada en 9 libros que describe el método seguido, con notable precisión teórica, para llegar a realizar los trabajos encargados[40].

 


[1] En España coexistían dieciséis tipos distintos de longitudes comprendidas entre 0.936 y 1,552 m.

[2] En Aragón se utilizaba el codo que equivalía 0.384 m. Un codo equivalía a dos palmos, y una vara, a dos codos. En Castilla se usaban dos tipos de codo, el codo común que equivalía a 0.418 cm y también el codo real o de ribera, 0.574 cm y equivalía a 33/16 de pie., y en 1772 se obligó que todas las construcciones navales empleasen esta unidad en sus cálculos y planos

[3] Los dos patrones de la toesa (1,949 m) que empleada en el Perú fueron construida en 1735 por Langlois a partir de la toesa de Chatelet de París. Empleó una barra de hierro plana terminada en dos recintos en cada extremidad, acompañada de reglas de hierro que encajaban exactamente dentro de las cantoneras terminales.

[4]Federico González Suarez, Historia General de la república del Ecuadorhttp://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/historia-general-de-la-republica-del-ecuador-tomo-quinto--0/html/0016c7de-82b2-11df-acc7-002185ce6064_20.html (página visitada por última vez 15 de agosto 2018)

[5] Pierre Bouguer, Traité du Navire, de sa construction et de ses mouvements 

[6] Para contextuar la importancia que para la ingeniería naval tuvo el libro de Bouguer, baste decir que Jorge Juan publicaría su Examen Marítimo en 1773 y que Federick Chapman su Arquitectura navalies Mercatoria en 1768 y en 1775 su Tratado de Skepps-byggeriet 

[7] Larrie D Ferreiro, Bouguer en el Perú.

[8] Julio F. Guillen en Los tenientes de navío Jorge Juan y Santacilia y Antonio de Ulloa y de la Torre-Giral y el meridiano señala que en las Observaciones Juan publicó un estudio sobre la diferencia entre la vara de Burgos y el marco de Castilla. AGS. Marinas, leg. 322

[9] Julio Guillen Tato, los tenientes de navío., Op. cit.

[10] María Jesús Jiménez Martínez: Jorge Juan y la Geodesia de la Ilustración. Visión técnica e histórica desde el siglo XXI

[11] La representación de Rafael sobre la Academia de Atenas las figuras de los filósofos en el centro de la composición se encuentra Platón, fundador de la Academia. En el primer plano, a la izquierda: Gramática, Aritmética y Música, a la derecha: Geometría y Astronomía y en lo alto de la escalinata Retórica y Dialéctica. https://es.wikipedia.org/wiki/Academia _de Atenas (página visitada por última vez 15 de junio de 2018)

[12] En Grecia y en siglo V a.c. la medición de la tierra se decía como geo-medir

[13] E.A. Dal Maschio. Platón. La verdad está en otra parte

[14] http://mimosa.pntic.mec.es/jgomez53/matema/practica/eratostenes.htm (página visitada por última vez 15 de junio 2018)

[15] Un estadio de Olimpia sería aproximadamente 158 metros

[16] La Audiencia de Quito era una de los seis departamentos administrativos en que se dividían el Virreino del Perú que se extendía desde Panamá a Chile y Argentina, es decir toda Sudamérica excepto Brasil

[18] Larrie D. Ferreiro, the mesure…. Op. cit.

[19] Francisco González de Posada. La expedición geodésica al virreinato del Perú: Jorge Juan y Antonio de Ulloa. Mediciones y cálculo de un arco meridiano asociado a un grado en el Ecuador

[20] La imagen representa el diagrama de triangulación de Frisius en la ciencia de la topografía

[22] Distancia Quito-Cuenca

[23] Otras molestias fueron los innumerables robos de los indígenas, el tránsito por malos caminos y la vida solitaria en los páramos de la Cordillera.

[24] Bernard Francou, La misión Op. cit.

[25] Federico González Suarez, Op. cit.

[26] NOTA: En el borrador conservado de la “Breve Noticia” se dice que Juan estuvo empleado por el Virrey en la “construcción” de dos fragatas, sin embargo, la edición impresa habla de “carena”. La existencia de un Borrador de la obra de Sanz aparece por primera vez en la Obra crítica de la Breve Noticia de Armando Alberola y Rosario Die.

[27] Francisco González Posada, Op. cit, citando a JJ Pando Villarroya Asamblea Amistosa Literaria.

[28] Se refiere a Jorge Juan y este nunca olvidó este insulto y cuando criticaba el Taítre du navegatio lo hace con una vehemencia extrema

[29] Larrie D. Ferreiro: Bouguer en Perú: Cómo la ingeniería naval bajó desde la montaña

[30] Bernard Francou, La misión Op. cit.

[31] Raquel Martín Cantó: Antínoo la constelación perdida

[32]  Hasta principios del siglo XIX la constelación Antínoo se ubicaba en la parte inferior de Aquila y en 1930 cuando se formalizan las constelaciones y pasa a ser parte integrante del conjunto de estrellas dentro de Aquila. La imagen es de 1782, del atlas de Johann Elert Bode Vorstellung der Gestirne.

https://es.wikipedia.org/wiki/Ant%C3%ADnoo_(constelaci%C3%B3n)  (página visitada por última vez 10 de agosto 2018)

[34] Mapa que representa una franja central de Ecuador, que lo atraviesa de norte a sur. En él se han representado las triangulaciones realizadas por Jorge Juan y Antonio de Ulloa, que triangularon un arco de meridiano de más de tres grados con un desarrollo de 382 kilómetros cubierto por una cadena de 30 triángulos. También figuran las estaciones utilizadas para su levantamiento

[35] https://www.cuevadelcivil.com/2011/05/teorema-de-legendre.html  (página visitada por última vez del 26 noviembre 2018)

[36] El error es de quinto orden

[37] Francisco González Posada, La expedición geodésica al ….. Op. Cit.

[38] Bernard Francou, La misión .. Op. Cit.

[39] Francisco González Posada, La expedición geodésica al ….. Op. Cit.

[40] Ignacio Morilla Abad, Jorge Juan ingeniero, sabio y espía. Un talento científico desperdiciado. III. 2017

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